Un lugar de encuentro, una excusa para compartir miradas, una puesta en común de experiencias diversas, un juego de luces, una pantalla grande y blanca en la que proyectar imágenes de lo posible, de todo aquello en lo que cada uno crea...
Mundos que nos abren

miércoles, 15 de mayo de 2013

Experiencias en el medio penitenciario.

      Trabajar a través de  Artemediación con mujeres privadas de libertad ha sido una de las experiencias mas enriquecedoras de mi vida.  Desde entonces la experiencia y sus obras han permanecido guardadas en una carpeta de mi ordenador; después de un tiempo siento la obligación de compartirla, con todos mis respetos hacia todas las mujeres que abrieron sus corazones, y por supuesto con su permiso para compartir algunas de sus obras, no así sus nombres. Quizás muchas siguen encerradas, pero este blog  permite que una parte de ellas navegue libre por la red.
      Desarrollamos sesiones 2 veces a la semana con cada grupo durante 2 meses, un grupo en el modulo común y otro en el de respeto.
    La sesiones se desarrollaban en las salas para talleres de cada módulo, compartiendo el espacio con otras actividades. La sala era luminosa con grandes mesas y altos taburetes,disponíamos normalmente de un baño. La acústica de la sala era muy mala, solo dos personas hablando creaban ruido, y ademas había un megáfono junto a nosotras que a cada rato llamaba a alguien. Esta situación generaba distracciones y en ocasiones falta de intimidad. No disponíamos de un lugar para almacenaje, el material debía ser transportado todos los días así cómo las obras para poder realizar los registros.
      Nuestra intervención en la Cárcel se hace a través de una O.N.G., acudiendo en un principio bajo la tutela de una psicóloga. Por causa de la falta de financiación, la O.N.G. está en quiebra y a partir de la segunda semana acudimos solos. La relación con la institución no pasó en un primer momento  de tramitación de permisos de entrada y de materiales y entrega de las listas de asistencias ( se supone que a las internas les reporta beneficios la asistencia a talleres). El encargado de la O.N.G. fue muy considerado con nosotras siempre y trató de solucionarnos todos los problemas.  Nadie supervisó nuestro trabajo, nunca (en ausencia de conflictos o registros generales) un funcionario pasó por la sala. Entramos en contacto por propia iniciativa con el educador, y establecimos buenas relaciones con la mayoría del funcionariado. Se puede decir que dentro de la prisión a nadie le preocupa que estás haciendo mientras no haya conflictos.
      La población en general eran mujeres de estratos sociales bajos y de ambientes de exclusión social del sur de España. Gitanas, analfabetas o con poca educación, sudamericanas de origen humilde pero con educación. La mayoría tienen entre 30 y 50 años, pero hay también muchas chicas de veinte y poco, y señoras de mas de 60 años.  A las sesiones acudieron personas muy variadas, los grupos eran de entre 3 y 10 personas, superando algún día las 15. 
     Durante el periodo de observación  fui consciente de todas las limitaciones y frustraciones que hay en la cárcel. Aparte de enfermedad y desequilibrios mentales varios. La actitud predominante es la de indiferencia y pasividad, se palpa el pesimismo, el aburrimiento, la culpa, el odio y el rencor, la impotencia. También se ve el espíritu de supervivencia, el sálvese quien pueda, personas luchando por su estabilidad mental en un medio restrictivo que les recuerda a diario su falta. Todas estas energías son contagiosas, pero igualmente contagiosa es la felicidad. Por todo esto desde un principio mi compañera y yo creímos fundamental comenzar siempre con juegos y dinámicas activas, que propiciaran la risa y el buen humor, y que ayuden a desconectarse de su realidad, así cómo  fomentábamos  la capacidad de atención que estaba muy dañada.
     Hay que resaltar que las horas de nuestra sesiones entran dentro de lo que para algunas es su tiempo libre, en que se relacionan, caminan, toman el sol y sobre todo es la hora del café y economato, decidir asistir a Artemediación era para ellas renunciar a hacer las otras pocas cosas en libertad y sin supervisión. Aparte de las actividades a las que acudan de forma regular(colegio,gimnasio, revista..)otras circunstancias dificultan la asistencia continua. 
      El medio carcelario es una montaña rusa de sentimientos, sumidas en la monotonía cualquier alteración la viven con mucha emoción, de tal manera que aunque se trate de usuarias interesadas y en las sesiones si tienen un permiso dentro de una semana están nerviosas y no piensan en otra cosa, si les han concedido un bis a bis dentro de 10 días están nerviosas o se tienen que teñir o depilar y están ocupadas, si tienen comunicaciones no vienen por que están terminando un detalle en punto de cruz; si les llegó correo...pues depende de las noticias, o a salido el sol después de mucho tiempo y se quedan en el patio; si no hay un taller de 2 días de expresión corporal o de sexualidad, o la que está mal es la compañera de chabolo y están apoyándola o esperan a que les atienda el medico o el educador, o puede ser que comiences la sesión y llamen a las internas por megafonía para hablar con las funcionarias, o  sea día de registro general y haya que salir de alli rápidamente.
     Por todos estos motivos la participación fue fluctuante toda la intervención, otros por supuesto se refieren a la confianza: para algunas internas su "periodo de observarnos" es más largo,o tienen que ver con los vínculos entre ellas, hay internas que causan mayor rechazo y en su presencia otras no participan, por el contrario otras,( las mas dinamizadoras y estables) atraen  a más participantes.
      La estructura de la sesión se diferenciaba al trabajar en el medio penitenciario añadiendo una fase más, considerando que la intervención comenzaba desde el momento en que llegábamos a la cárcel y realizamos una rueda de saludos e invitaciones a todas las mujeres, teniendo en cuenta el ánimo fluctuante, a veces dependíamos de los resultados de estas conversaciones para la participación. El equipo de artemediadoras se separaba para hacer el recorrido buscando participantes, esperando tener suerte y que haya afinidad entre las participante para que no se arrepienta nadie. Ésto puede variar entre 15 y 45 min. De camino al aula se han perdido ya la mitad de las personas, o alguna que esperaba se aburre y se ha ido.
      Algo importante en las sesiones son las dinámicas y los juegos de risa. Partiendo de que las usuarias tienen poca actividad física y viven un ambiente apático cualquier ejercicio que implique actividad es positivo, aparte de fomentar la confianza en las relaciones y lograr que se abstraigan de su entorno, también se estimula la capacidad de atención. La risa desbloquea las tensiones y potencia la comunicación, ayuda a poder conseguir los objetivos personales y del grupo y ayuda a la creatividad.  
      Otro recurso importante fueron los cuentos y los chistes de diferentes tradiciones, por su capacidad simbólica y de adaptar su significado a diferentes niveles de conciencia o educación. También tienen importancia las visualizaciones o las respiraciones, para conectar a la persona en el presente, en la sesión, y hacerla mas consciente de su cuerpo   y de cómo éste se expresa.
 
Sesiones iniciales
En las diferentes dinámicas de presentación jugamos a ser quien quisiéramos, buscábamos sacarlas de su autoconcepto, que pensaran de que manera se presentan al mundo, no son delincuentes, no son su condena o su condición, son más . Buscamos el contacto visual y el físico, trabajando la confianza y rompiendo la "distancia de seguridad" que mantienen unas de otras; creamos vínculos entre algunas personas que quizás no se hubieran hablado. Nos tocamos todo lo que pudimos, y entrando nosotras siempre en el juego rompimos distancias, pasamos a ser dos chicas y un chico, de la misma edad que ellas, que no se sabe muy bien por que les gusta ir a la cárcel y hablar con todas (sin distinción), pero que les hacían sentir una persona y nada más.
      Tuvimos que insistir mucho en  la escucha, para que respetaran los turnos de palabra y se oyeran unas a otras, al principio había ansiedad, nerviosismo y muchas ganas de hablar, o de hacerse notar. Trabajamos para que asimilaran el carácter de Artemediación, comprendieran que todas tendrían su momento de expresión en el que nadie las interrumpiría y que nosotras no juzgaríamos sus obras, ni se las interpretaríamos; que pueden expresar lo que les sugieren las obras ajenas, pero que no lo que son y, por supuesto, hay que respetar.
      Recapacitamos a través de los juegos y las propuestas sobre cómo nos mostramos al mundo, el modo en que nos comunicamos, el tono y el lenguaje gestual. En parejas jugamos a identificar emociones.
     Con las visualizaciones y las meditaciones creamos un espacio de calma, les mostramos el camino de la imaginación y las ayudamos a sentir su cuerpo.
   A través de las diferentes propuestas nos sumergimos en la identidad, los orígenes, percepciones,deseos...
      A través del trabajo grupal se busca también que sean conscientes de las redes de ayuda que pueden tejerse en la cárcel, apoyándose unas a otras
silencio de quien no quiere hablar.
     Ahora soy consciente de que comenzamos con mucha energía. Desde el principio moviéndolas, aunque fuera poco, buscábamos romper todos los muros auto impuestos. Algunas eran reacias por timidez, otras por que jamás habían vuelto a jugar desde que eran pequeñas, a otras quizás no les encajaba la actividad en la máscara que tienen puesta en la cárcel (de rebeldía, o de indiferencia...).
    Salvo algunas excepciones cada vez que comenzábamos con las dinámicas había quejas y preguntas al respecto de su utilidad. Sin excepciones, cuando decidíamos terminar con las dinámicas sus caras ya se habían transformado y mostraban una sonrisa más infantil y juguetona, nadie quería parar los juegos.         
      Las primeras sesiones sirvieron sobre todo para que nos conocieran y pasáramos su "control". Mas tarde aunque viniera alguien nuevo la propia presencia de usuarias experimentadas servían de guía, demostrando que "esta gente de las pinturas no es mala", o como nos llamó "la abuela": ¡han venido ya "las niñas que juegan".?
      Utilizamos todos los materiales plásticos, siendo utilizada sobre todo la tempera y las ceras. 
     La temática más habitual de las obras son los seres queridos que están lejos, sus hijos,recuerdos felices en libertad, o en familia. Las personas a las que quieren en prisión. La naturaleza, el sol y el mar. El miedo a equivocarse de nuevo en el futuro  o a regresar a algo que no desean.
Sesiones intermedias
       Con el paso del tiempo nos hacemos más conscientes de la realidad de la vida en la cárcel, vamos conociendo detalles de sus vidas. Conocemos mejor a las internas y sus relaciones, comprobamos el alto índice de desequilibrios y experimentamos algunos en las sesiones.
Vivimos varios episodios de violencia, unos más graves que otros; comprendimos lo que era el espíritu de supervivencia. Tenemos más sesiones improvisadas (cuando Mahoma no va a la montaña).
    Hay incorporaciones que afectan positivamente, la asistencia de mujeres que son dinamizadoras o referencia para algunas, gracias a ésto asisten al taller muchas chicas que tenían curiosidad desde hace tiempo. Aumenta su confianza en nosotras y viceversa.
Trabajamos la autoestima con saludos grupales, todas aplaudiendo y cantando cada nombre seguido de ¡que linda eres¡, despertando con aplausos a todas. Dinámicas para trabajar la “escucha”, sentir las emociones ajenas; ejercicios sensitivos y de tacto y por parejas (el ciego y el lazarillo) para trabajar la confianza y juegos de palabras para trabajar la atención, las diferentes percepciones , la aceptación de la crítica...
         Reflexionamos a través de cuentos y visualizaciones en la capacidad de elección, la importancia de aceptar nuestros errores, de vivir en el presente, de pensar en el futuro pero ir trabajándolo a través de las acciones y la actitud del presente.
        Introducimos el collage que demuestra ser un buen recurso, pero la estrella continúa siendo la témpera.
      Decidimos que las actividades deben ser muy atractivas para ellas, y así tener la oportunidad de “colarles” nuestros contenidos, hacemos ejercicios de costura que alargamos a varias sesiones. La mayoría de las internas ocupan su tiempo libre cosiendo, bordando, haciendo cualquier labor de costura que las mantenga distraídas. Primero les asaltan miedos e inseguridades y nosotros apoyamos recordándolas sus capacidades, finalmente las sesiones se desarrolla en un ambiente de calma, las chicas crean un móvil de tela preguntan sus dudas y se relacionan entre ellas. Creándose un marco propicio para conocerse y ayudarse. Las unas ayudan a las otras, hay una energía positiva y muy fuerte. A pesar de que es un gran grupo, las cosas discurren con agilidad y tranquilidad.
    Comienzo a apoyarme más en los mensajes positivos, las comienzo a llamar ¡Gente maravillosa¡ para que me escuchen. Les cuento los experimentos con el agua de Masaru Emoto y la relación entre pensamiento y acción.
      A nivel personal recapacito sobre la importancia de las sesiones, buscamos romper sus muros al principio y ahora tomo conciencia de lo que hay detrás, no se si sabría responder si estas personas se abrieran de verdad.
      En esta fase creo que las sesiones (con  excepciones) se desarrollan en un ambiente más propicio, las nuevas internas ayudan a ello. Las antiguas ya conocen el funcionamiento, han desarrollado la capacidad de escucha, tienen menos reparos en la creación, no hacen preguntas.
Sesiones finales 
     Descubrimos que la papiroflexia, que les encanta, es una actividad perfecta para este lugar, apenas necesitan papel, pueden mandar las figuras de regalo, es un ejercicio que requiere tal concentración que es un pasatiempo maravilloso, activa la atención se sienten capaces  y desarrollan habilidades.
      Recuperamos participación al conocer que pronto se nos acaban las prácticas, acuden caras que conocíamos del principio,
    Trabajamos con estímulos sensoriales, olores sabores..que las llevan a la infancia o a recuerdos felices.
          Jugamos mucho, juegos de lógica, de rapidez mental, contamos y creamos cuentos.
     En cuanto a materiales continuamos con la tempera y el collage y usamos barro .Así como seguimos repartiendo abalorios para el móvil a medio terminar.
     Las sesiones de esta fase son más completas, nosotras estamos más tranquilas, sabemos movernos mejor en este ambiente,las interferencias del principio ya no lo son (cuando suena el megáfono te callas y esperas).
     Las usuarias ya saben lo que es Artemediación, y nos conocen. Participan más de las sesiones, nos hacen peticiones y procuramos responder en la medida de nuestras posibilidades a sus propuestas.
       En la penúltima sesión del modulo 10 vienen un grupo de tres gitanas que se habían hecho de rogar todo este tiempo. Son Evangelistas y están en el coro. Ese día llevamos un aparato de música y me preguntan si podrán cantar (allí no las dejan). Al final la sesión se transforma, les damos libertad para cantar y trabajamos a partir de ahí. Cantan estupendamente, otras usuarias participan. No me esperaba ese fervor religioso cuando en la obra plástica hacen un mural lleno de mensajes bíblicos y de amor, perdón etc.. No todas las usuarias eran religiosas pero cada una sintió la música de una manera. Creo que esta sesión muestra hasta que punto Artemediación puede dar salida a las necesidades expresivas en el entorno penitenciario,más aun teniendo en cuenta que cantar en el patio y en las salas comunes lo tenían prohibido. 
Resultados y Objetivos
     En general las sesiones fueron un espacio de expresión abierto y adaptado al máximo al entorno. Creo que muchas mujeres han podido aprovecharlo, no se en que medida puede repercutir en su autoconocimiento o autoestima. Si se puede decir que  hemos ofrecido una actividad divertida que rompió con su monotonía, les hizo vivir en el presente y les aportó felicidad, sus risas son los resultados más apreciables.
      En la despedida una usuaria  nos cuenta que ella nos conoció al poquito de entrar en Albolote, llevaba un mes mas o menos, y sentía que estaba bloqueada, siente que en la cárcel para no sufrir el cuerpo tiene un mecanismo que bloquea los sentimientos, tanto los buenos cómo los malos. Se sobrevive pero las cosas no se asimilan, y siente que ya no se ríe desde dentro, ni se llorar, hay una desconexión con uno mismo, nos cuenta cómo las sesiones la ayudaron a volver a conectarse, a descubrir cómo se encontraba, nos lo agradece de corazón...
    En el ámbito penitenciario sin un trabajo diario de contacto y escucha por el módulo no es viable hacer Artemediación, la actitud es muy importante a la hora de captar su atención, hay que permitirles encajarte dentro del juego de roles. Ellas son presas, la institución represiva autoritaria e insensible viene representada por las funcionarias, por otra parte están las pocas personas que vienen a trabajar desde fuera y que en un principio son posibles fuentes suministradoras de: chicles, telas, tabaco, o lo que sea. No hay más hueco en principio, así que hay que hacerlo. Puede ser que asistan a una sesión buscando algo material, o por curiosidad; si no les interesa no volverán, y de paso se ocuparan de evitar que otras vayan; de lo contrario volverán y traerán compañía. Creo que es necesaria una formación en trabajo social o similar o experiencia en trabajos sociales, es necesario un periodo de observación mayor, un trabajo de comunicación con las personas intenso, y es imprescindible tener un Seting interno muy fuerte.

 


A todas, Gracias gracias gracias.
Eva

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